domingo, 27 de enero de 2008

ARCHIVOS DE LA ATROCIDAD

El Proyecto Documentación sobre Guatemala

El Proyecto Documentación sobre Guatemala comenzó con meses de investigación secundaria que resultaron en una serie de solicitudes presentadas ante el gobierno de los EEUU en 1994 y 1995 basadas en la Ley de Libre Acceso a la Información (Freedom of Information Act - FOIA) Sabíamos por otras experiencias que ciertas agencias norteamericanas producen regularmente documentos detallados sobre fuerzas armadas extranjeras. Los oficiales norteamericanos que trabajan en las embajadas reúnen información a través de la coordinación de inteligencia, los contactos entre militares y las relaciones diplomáticas. Las agencias que con toda probabilidad tendrían documentos sobre el ejército de Guatemala incluían:
Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA): La responsabilidad de los agregados de defensa de la DIA en el exterior de recolectar y analizar información sobre los ejércitos extranjeros convirtieron a esta agencia en la fuente más fructífera de información sobre el ejército de Guatemala. Entre las obligaciones de los agregados, que rutinariamente se mueven de un país a otro cada pocos años, se incluyen seleccionar alumnos para los programas de instrucción en los EEUU, dar seguimiento a promociones, identificar oficiales prometedores que pueden llegar a puestos de poder algún día y reclutar fuentes de inteligencia. Con esta información la DIA produce “resúmenes de inteligencia militar”, perfiles biográficos de oficiales clave, órdenes generales (que rastrean cambios en el mando) y análisis de inteligencia en profundidad sobre temas de seguridad.
Agencia Central de Inteligencia (CIA): Esta agencia produce dos tipos de documentos relevantes paara nuestro trabajo: informes de campo de la sección de la CIA en Guatemalaa (protegidos de FOIA por un estatuto especial y por tanto imposibles de conseguir sin intervención del presidente) e inteligencia acabada (finished intelligence) escritos por analistas del Directorio de Inteligencia en la sede de Langley, Virginia. La mayoría de los documentos que recibimos de la sección de Guatemala fueron el resultado de circunstacias especiales derivadas del escándalo provocado por las relaciones de la CIA con los oficiales guatemaltecos vinculados al asesinato de un ciudadano norteamericano.
Comando Sur de los EEUU (SOUTHCOM): Las instalaciones militares del SOUTHCOM en Panamá sirvieron de centro neurálgico de la presencia militar de los EEUU en América Latina durante la guerra fría. Sus analistas y oficiales de inteligencia preparaban los planes de contingencia, analizaban la capacidad de combate de los ejércitos extranjeros e informaban sobre tráfico de narcóticos, inestabilidad política e insurgencia en la región. También realizaban biografías de oficiales claves del ejército.
Agencia para el Desarrollo Internacional (AID): Los programas de Seguridad Pública de AID fueron cruciales para el desarrollo de fuerzas de seguridad e inteligencia por todo el hemisferio que manejaran la seguridad interior. La División de Seguridad Pública de la agencia en Guatemala, que funcionó de 1957 a 1974, redactó cientos de informes sobre las fuerzas de la policía civil. Teniendo en cuenta que el ejército controlaba el aparato de seguridad, los documento de Seguridad Pública se revelaron como una fuente importante sobre ambos, la policía y el ejército.
Departamento de Estado: La embajada de los EEUU en Guatemala informaba sobre una gama muy amplia de temas políticos, sociales, económicos y de seguridad durante estos años. También produjo una gran cantidad de memorandos y análisis anuales sobre la situación de los derechos humanos en el país desde que la administración Carter hiciera de este tema una prioridad. . Las Oficinas de Inteligencia e Investigación y de Asuntos Interamericanos en Washington también seguía los acontencimientos de Guatemala con regularidad.
Documentos presidenciales: Estos documentos incluyen archivos de la Casa Blanca y del Consejo de Seguridad Nacional del presidente. Reflejan el diseño al más alto nivel de la políticas en relación a Guatemala, pero son relativamente escasos ya que se producen sólo en tiempos de crisis. Los que tenemos en nuestra colección están entre los más importates
En 1995 y 1996, mientras seguíamos solicitando expedientes en base a la FOIA, investigamos otras fuentes de documentos desclasificados sobre Guatemala incluyendo los Archivos Nacionales, bibliotecas presidenciales (de Eisenhower a Reagan), colecciones de particulares y demás. La administración Clinton hizo una aportación importante cuando publicó en junio de 1996 el Informe sobre las operaciones de inteligencia de EEUU en Guatemala de su Comité de Supervisión de Inteligencia (IOB), acompañado de alrededor de 6.000 documentos del Departamento de Estado, CIA y Departamento de Defensa. La investigación se centraba en la información en manos de la CIA sobre los asesinatos del ciudadno norteamericano Micheal DeVine y el conyuge guatemalteco de la también ciudadana Jennifer Harbury. Al mismo comenzamos a diseñar lo que finalmente sería la “Base de datos del Ejército” y que recogería la información sobre las fuerzas armadas guatemaltecas obtenida de los miles de páginas de archivos desclasificados durante la ejecución del proyecto.
La Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala abrió sus puertas en agosto de 1997. Le entregamos la Base de Datos en diciembre, y en enero de 1998 le presentamos más de 5.000 páginas de los documentos más detallados y significativos que habíamos recolectado hasta ese momento. También asistimos a la Comisión en el proceso de obtener documentos adicionales de la administración Clinton, contestar consultas específicas de historiadores e investigadores a medida que avanzaba el trabajo, y escribir ensayos analíticos sobre una variedad de temas que servirían para construir el informe final.
El mandato de la Comisión de Esclarecimiento le otorgó el derecho a pedir información a las partes de los acuerdos de paz, el gobierno y la guerrilla, pero no incluyó penas para quién infringiera el mandato. De hecho, el ejército Guatemalteco colaboró lo minímo, según el coordinador de la Comisión Christian Tomuschat, y se negó a entregar la mayoría de los documentos críticos que le solicitó la Comisión bajo el pretexto de que estaban exentos por “motivos de seguridad” o que habían sido destruidos durante la guerra. Ante la falta de colaboración del ejército, la Comisión se vió forzada a depender casi exclusivamente en fuentes secundarias para obtener información sobre los militares –informes sobre derechos humanos de organizaciones no gubernamentales, libros, artículos y ensayos sobre el ejército guatemalteco. A estas fuentes se sumaron los testimonios de las víctimas de la violencia, sus familiares y testigos; un puñado de entrevistas con oficiales del ejército activos y retirados; y unos pocos documentos procedentes del ejército finalmente entregados a la Comisión y que incluían algunos de los planes de las campañas contrainsurgentes.

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