domingo, 24 de febrero de 2008

OPERACION CONDOR - URUGUAY

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la aplicación del Plan Cóndor.

La existencia de múltiples casos de secuestro de niños con sus padres, traslados
ilegales y forzados a territorios extranjeros, la desaparición de cientos de personas, son el
resultado de esta operación criminal.
Esta línea argumental a que hacíamos referencia parte de la base de que nos
encontramos ante delitos que no pueden ser catalogados como actos aislados de individuos1.
Ninguno de los hechos que se denuncian, tanto por su magnitud, su calidad y los
medios materiales e institucionales que fueron necesarios para su concreción puede,
imputarse solamente a quienes fueron sus autores materiales, es decir los grupos operativos.
Sin la cooperación de un aparato estatal predispuesto para ello, secuestrar a cientos de
personas en el territorio de otro país, ingresarla clandestinamente al país y/o ejecutarlas; y
hacer desaparecer a los padres previa sustracción de sus hijos, etc., es impensable.
A modo de un ejemplo, señalamos los casos de los ciudadanos argentinos
secuestrados en Uruguay y trasladados clandestinamente a Argentina, Paula Eva Logares,
Claudio Ernesto Logares y Mónica Grispon de Logares2, Claudio y Lila EPELBAUM
SLOTOPOLSKY; el de Carla Graciela Rutila, Graciela Rutila Artés y Efraín Villa ,
detenidos en Bolivia y entregados a fuerzas de seguridad argentinas; el de los niños Anatole
y Victoria Julien Grisonas5 secuestrados juntos a sus padres Roger Julien Cáceres y
Victoria Grisonas en Argentina, y posteriormente, luego de un pasaje por cárceles
clandestinas de Uruguay, abandonados en Valparaiso (Chile); el de Simón Riquelo
secuestrado junto a su madre, siendo esta trasladada clandestinamente a Uruguay, y que aun
continua desaparecido, presumiblemente en poder de familiares de Antonio Rodríguez
Buratti un militar uruguayo que participo en su secuestro; el caso de Lilián Celiberti con sus
dos hijos y Universindo Rodríguez Díaz secuestrados en Porto Alegre (Brasil) y
trasladados clandestinamente a Uruguay; la detención de 62 uruguayos de los que solo
aparecen 29 .
Todos estos casos y otros que se enumeraran en este trabajo demuestran el accionar
del Plan Cóndor y el papel que el centro clandestino de detención denominado
AUTOMOTORES ORLETTI desempeño en tanto fue la base de operaciones principal de los
militares extranjeros que operaban en Argentina durante el año 1976, con pleno
conocimiento de las autoridades militares y políticas de los países que integraban el Plan
Cóndor, y con la plena cooperación de fuerzas militares y policiales de Argentina.
También esa acción criminal en otros periodos y relativo a otros casos, supo tener
como centros de acción campos clandestinos de detención, como los de "Banfield",
"Quilmes", etc.
Ese accionar ilegal conjunto de los aparatos de seguridad de las dictaduras del Cono
Sur, produjo además la sustracción de los niños que debieron nacer en cautiverio de sus
madres secuestradas Cristina Navajas de Santucho, Claudia Irureta Goyena de
Gelman, María Asunción Artigas de Moyano, Aída Sanz, Yolanda Casco de
D´Elia, etc.
Existen por otra parte, documentos demostrativos de la existencia del contexto
interestatal represivo en cuyo seno se produjeron las aludidas acciones delictivas, siendo uno
de los más significativos, la causa que se sustancia ante el Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional Federal de la República Argentina, por la privación
ilegal de libertad de los ciudadanos argentinos Logoluso, Nell y Landi19, y que involucra
también los casos de los uruguayos Gustavo Inzaurralde y Nelson Santana Scoto.
Dichas personas habían sido detenidas en Paraguay y posteriormente entregadas a Argentina,
donde desaparecieron.
Todos estos hechos demuestran una acción interestatal que responsabiliza a quienes
ejercían el gobierno de los países involucrados

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