sábado, 1 de marzo de 2008

OPERACION CONDOR

TORTURAS

Por los distintos testimonios se logra establecer que los secuestrados eran
interrogados mediante la aplicación de brutales métodos de torturas. El testimonio de
Washington Pérez Rossini, secuestrado el 13 de junio de 1976 para ser posteriormente
trasladado a Orletti donde pudo ver con vida a Gerardo Gatti y posteriormente a León
Duarte, ambos reconocidos dirigentes sindicales y miembros de la dirección de la Central
Nacional de Trabajadores (CNT). Como resulta del mencionado testimonio de Pérez y de
otros sobrevivientes, esta persona fue utilizada en un intento de intermediar entre los militares
y los compañeros de Gatti y Duarte a fin de canjear la vida de éstos por una gruesa suma de
dinero y en esa oportunidad pudo ver con vida y en malas condiciones producto de las
torturas a ambos sindicalistas. Que Gatti tenía una herida de bala en su brazo y en una
oportunidad Gatti le dijo que había sido trasladado al hospital de Campo de Mayo. Que León
Duarte estaba destrozado por las torturas. Que reconoció en Orletti al Comisario de la
Policía uruguaya Campos Hermida, al Coronel Barrios y al Capitán Bermúdez.
Por su parte otra sobreviviente Alicia Cádenas Ravela, dice haber visto a León
Duarte con vida, "con los pies y las manos totalmente hinchados, que no podía incorporarse
a tomar agua. Que en ese estado lo llevaban a nuevas sesiones de tortura. En una de ellas lo
tiraron al piso mojado, lo rodearon con cadenas de barco a las que conectaron cables de
electricidad. Estas sesiones duraban varias horas. Un día lo cargaron a un camión y nunca
más volvimos a saber nada de él”.
Varios uruguayos que posteriormente fueron trasladados clandestinamente a territorio
uruguayo, también vieron con vida en Orletti a Gatti y a Duarte.
Todos los testimonios coinciden en la ferocidad de las torturas que: eran desnudados y
colgados de un aparejo por las manos, atadas a la espalda, regaban el piso con sal gruesa y
aplicaban descargas eléctricas (picana).
El testimonio de Juan Ramón Morales, da un detallado relato sobre los tormentos a
los que sometieron a su esposa Graciela Vidaillac y a él, más los golpes y picanas a los que
eran sometidos su padre, hermano y cuñada, desaparecidos. Como expresamos anteriormente,
Juan Ramón Morales y su esposa se fugan de Orletti en la madrugada del 3 de noviembre,
un día después de su secuestro.
José Luis Bertazzo declara que "me subieron por una escalera al primer piso, y al
cabo de unos instantes me obligaron a desvestir y tirado en el piso me colocaron unas
amarres en el tobillo, y con un aparejo de cadenas me subieron colgado de los pies, para
meterme a continuación de cabeza en un tambor grande lleno de agua salada,
sumergiéndome más o menos hasta la cintura… Posteriormente me colocaron amarres en las
muñecas sujetas por la espalda y en esa posición me levantaron con el aparejo, hasta que las
puntas de los pies apenas rozaban el suelo… Inmediatamente me aplicaron descargas
eléctricas…". Sara Rita Méndez Lompodio, relata idéntico trato a los anteriormente
mencionados, al igual que Enrique Rodríguez Larreta Piera quien además aclara que:
"…Varias de las personas que estaban junto conmigo se desprendieron del aparejo de colgar
y se golpearon contra el piso, produciéndose serias heridas. Recuerdo en especial el caso de
quien después supe que era Edelweiss Zhan de Andrés…" "…El día 15 de julio condujeron
al local otras tres personas secuestradas. Al identificarse y por conversaciones de los
guardias pude enterarme que se trataba de la abogada Manuela Santucho, de Carlos
Santucho y de una cuñada de éste, cuyo nombre no retengo pero que llamaban Beba. El día
19/7/1976 nos anuncian la muerte de Mario Roberto Santucho, en un encuentro armado,
insultando soezmente a sus familiares. A esa altura, tanto Carlos como su cuñada parecen
haber perdido la razón a causa de las brutales torturas que han sido objeto. La Dra.
Santucho, a pesar de que ha sido bárbaramente torturada, aún se mantiene lúcida.
Alrededor de las 18 horas de ese día comenzaron a llenar un gran tanque de agua, que han
colocado entre los secuestrados… En esos momentos, un oficial argentino trae un ejemplar
de "Clarín" donde se narra la forma en que fue muerto Mario Roberto Santucho, obligando
a Manuela Santucho a que nos lea la nota en voz alta. Mientras tanto, Carlos Santucho es
introducido y sacado del tanque lleno de agua entre risas e insultos… Luego al parecer
advierten que el cuerpo ya no da señales de vida. Lo desatan, lo introducen en un vehículo y
se lo llevan".

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