viernes, 7 de marzo de 2008

OPERACION CONDOR- COORDINACION REPRESIVA

Coordinación represiva en el Cono Sur

Bajo el título “Historia de la Triple A: aniquilar a los asilados”, el semanario “El
Auténtico” que se editaba en Buenos Aires, en su edición del 10 de diciembre de 1975
denuncia los términos de una reunión celebrada por el Subjefe de la Policía Federal
Argentina, Comisario Alberto Villar (luego Jefe de la Policía Federal) durante el año 1974,
con los enviados policiales de Pinochet (CHILE), Banzer (Bolivia) y de Bordaberry
(Uruguay) “para sentar los fundamentos doctrinarios y operativos de la persecución a los
millares de chilenos, uruguayos y bolivianos que se habían refugiado en nuestro país88”.
El 28 de noviembre de 1974 es secuestrado Natalio Dergan, uruguayo de 52 años de
17
edad. Había estado detenido en Uruguay desde 1968 hasta 1971 por presunta vinculación con
los Tupamaros. Una vez liberado marchó a Chile donde se casó con Ana Luisa Berraza,
chilena. Luego del golpe de Pinochet viajó a la Argentina donde residía junto a su
compañera en la Villa 25 de Mayo de la Provincia de Buenos Aires.
El mismo 28 de noche, Dergan es llevado a su casa por un grupo de hombres armados
con pistolas y metralletas, que dicen pertenecer a la policía. Siguen los acostumbrados golpes,
destrozos, amenazas y robos. Luego de cometer toda clase de depredaciones se lo llevan,
diciéndole a su mujer que lo van a matar. Hasta ahora y pese a todo lo que han hecho
familiares y amigos, no se ha podido saber nada de él. El 11 de diciembre su esposa, Ana
Berraza, frustra un intento de secuestrarla en plena calle, logra escapar y se refugia en las
oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
El siguiente testimonio directo registra las últimas horas en que Natalio Dergen Jorge
fue visto con vida:
"El jueves 28 Natalio salió de su casa con la finalidad de realizar trámites en horas de
la mañana. No se supo de él hasta la noche. A las 23.15 aparece en su casa en deplorables
condiciones físicas, ocasionadas por evidentes torturas. Lo acompañaban once hombres
aproximadamente, todos ellos armados. En la casa se encontraba su compañera de
nacionalidad chilena y en un departamento del fondo, una uruguaya con sus hijos de 6 y 4
años respectivamente. La casa se encuentra alejada de la ciudad y bastante aislada del
vecindario"
"Luego de abrir la puerta ante los requerimientos de los policías que acompañaban a
su esposo, es detenida de inmediato y se la comienza interrogar. Los policías secuestradores
se distribuyen por toda la vivienda deteniendo a la uruguaya que reside en el departamento
del fondo, trasladándola a la casa principal. Apagan todas las luces y se iluminan con
linternas."
"Los separan y los interrogan en distintas habitaciones. El castigo es brutal y se
prolonga hasta avanzada la madrugada. A la mujer de Natalio le preguntan sobre su actuación
en Chile y Argentina. Sobre la gente que veían, sobre las actividades presentes y pasadas de
su compañero. Fue castigada brutalmente. Fue violada por tres de sus captores. A Natalio,
para evitar que gritara, le tapaban la boca con cinta adhesiva. Al registrar la casa rompieron
todo lo que encontraron, salvo objetos de valor que luego se llevaron. Rompieron también
todas las luces.
"Aparentemente comandaba el grupo un hombre de unos 40 años, corpulento,
argentino, al que llamaban "Don Chicho". Este hombre portaba un aparato de radio con el
que se comunicaba con el exterior. Se identificaba pidiendo comunicación con un número de
varias cifras. La mujer de Dergan escuchó parte de los diálogos radiales. Estos se referían a la
identidad de los detenidos y a la marcha de los interrogatorios."
"Aseguran los sobrevivientes que identificaron entre los secuestradores a dos chilenos
y dos uruguayos; el resto serían argentinos".
"Antes de retirarse a las 4.30 aproximadamente intimaron a las mujeres para que
abandonaran el país en un plazo de 10 días, manifestando que se llevaban a Natalio para
continuar interrogándolo y asegurando que no volverían a verlo con vida"
En los meses de marzo y abril de 1975, fueron detenidos en Buenos Aires más de 25
uruguayos.
El siguiente es el testimonio de Graciela Tadey, una de las detenidas en esa
oportunidad, ante el Tribunal Russel, en febrero de 1976:
"Fuimos detenidos por efectivos de la policía argentina y de la policía uruguaya
conjuntamente en la ciudad de Buenos Aires. Fuimos trasladados a dependencias de la
Policía argentina, donde los interrogatorios estuvieron a cargo tanto de la policía argentina
como de las fuerzas Conjuntas del Uruguay: Ejército, Marina, Aviación, más Policía del
Uruguay".
Los interrogatorios fueron acompañados, como es usual en el régimen político
uruguayo, por torturas. Torturas de la mayor violencia. No quisiera extenderme demasiado en
esto pero es necesario que denunciemos una vez más las formas de torturas que se ejercen por
parte de las Fuerzas Conjuntas que en este momento son las que enseñan, lamentablemente,
formas nuevas y más efectiva de tortura a la policía argentina".
El 28/5/1986 ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de diputados del
Uruguay la enfermera Haydée Trías declara que a fines de mayo de 1976 asistió al capitán
Pedro Mattos que se encontraba en un estado depresivo. Mattos contó a la enfermera que
había recibido la misión de ejecutar a dos parlamentarios exiliados en Argentina. Que le
ofrecieron U$S 50 mil. Que cuando Mattos y Cordero llegaron a "Automotores Orletti"
Gutiérrez Ruiz ya estaba muerto, Michelini aún "lentaba", aunque en inminencia de muerte
debido a las torturas a las que había sido sometido. Mattos le contó que utilizó una antigua
amistad con Michelini para convencerlo a salir de Orletti. Que en el auto, en el asiento
trasero iban el cadáver de Gutiérrez Ruiz, Michelini y Mattos; que remató a Michelini de
un balazo. Que en la baulera del vehículo había otros dos cadáveres de una pareja de
tupamaros.
Desde estos asesinatos en adelante la vía elegida será el secuestro que en la inmensa
mayoría de los casos terminará en la desaparición forzada. Con la aplicación de la
metodología de la desaparición forzada se pretendió eludir responsabilidades oficiales,
infundir el terror indiscriminado y evitar en lo inmediato la protesta nacional e internacional.
El OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas) perteneciente a
las estructuras orgánicas de las fuerzas armadas uruguayas actuó en la Argentina bajo la
dirección del teniente Coronel José Nino Gavazzo y de los capitanes Jorge Silveira y
Manuel Cordero, asistidos por el Comisario Hugo Campos Hermida, todos de
nacionalidad uruguaya. Dicho organismo contó con el apoyo del SIDE de Argentina y de la
Policía Federal Argentina.
La presencia de personal militar uruguayo operando en territorio argentino, desde
antes del golpe de Estado en Argentina de 1976 y que se prolongó con mayor intensidad,
después de éste, queda claramente establecida en los testimonios de ex represores que
anteriormente se citaron. El mismo se materializó en el traslado clandestino de prisioneros sin
que se cumpliera ninguna formalidad de proceso de extradición, desaparición de adultos y
menores, asesinatos.
El personal uruguayo pertenecía además de al ya nombrado OCOA, al SID (Servicio
de Informaciones de Defensa), que dependía directamente de la Junta de Comandantes en
Jefe, cuyo director es siempre un General, que en el momento de los hechos relatados era el
general Amaury Prantl, responsable jerárquico de las operaciones del año 76 y 77, y como
subdirectores se desempeñaban el Capitán de navío Volpe, el Coronel Font y un Coronel de
Aviación.
El SID se estructuraba en cinco departamentos, el Departamento III: Planes,
operaciones y Enlace, era el brazo ejecutor de los servicios de Inteligencia a cargo de dicho
Departamento estaba el Teniente Coronel Rodríguez Buratti, su segundo Jefe con el cargo
de Mayor, José Gavazzo.

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