OPERACION SOFIA : DOCUMENTANDO EL GENOCIDIO DE GUATEMALA
El cuerpo de dos hombres cuya desaparición fue registrada en 1984, en el famoso Diario Militar de Guatemala, han sido localizados en una antigua base militar en las afueras de la capital e identificadas por medio de la prueba de ADN, de acuerdo a la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, que anunció su descubrimiento en una conferencia de prensa esta mañana.
Los restos pertenecen a Amancio Samuel Villatoro y Sergio Saúl Linares Morales, ambos capturados por las fuerzas de seguridad en incidentes separados y que nunca volvieron a ser vistos por sus familiares. No se supo nada acerca de su destino hasta en 1999, cuando el Archivo de Seguridad Nacional reveló públicamente el Diario Militar, un libro de anotaciones militares creado a mediados de los 1980s para registrar el secuestro, detención ilegal y muerte de gente escogida, Villatoro y Linares entre ellos. Hoy, 27 años después de su desaparición y 12 años después de la publicación del diario, esa información ha sido confirmada.
“Es un evento asombroso en un caso que ha venido a simbolizar la impunidad e injusticia que persiste en Guatemala 15 años después que su sangriento conflicto armado interno finalizara,” comentó Kate Doyle, analista en jefe y directora del Proyecto Guatemala del Archivo de Seguridad. Entre los 200,000 civiles asesinados durante la guerra, hubo un estimado de 40,000 víctimas de desaparición forzada – hombres, mujeres y niños copados en las ciudades y zonas conflictivas por las fuerzas de seguridad estatales o fuerzas paramilitares, interrogadas torturadas y secretamente ejecutadas, sus cuerpos fueron arrojados en lugares remotos o enterrados en fosas comunes. Pocos de los restos de los desaparecidos han sido encontrados y solamente tres casos han sido llevados a persecución penal resultando en la condena de antiguos militares u oficiales de policía.
Cuando fuerzas de seguridad secuestraron a Villatoro y Linares en la ciudad de Guatemala en 1984, las peores de las operaciones de tierra arrasada del ejército que masacraron decenas de miles de civiles desarmados en las regiones mayas del país estaban a punto de finalizar. El régimen militar del general Oscar Humberto Mejía Víctores, quién tomó el poder en agosto de 1983 por un golpe de estado en contra del general Efraín Ríos Montt, perseguía el desmantelamiento de las redes guerrilleras a través de una campaña de represión selectiva dirigida a sospechosos de ser subversivos en la capital y otras áreas urbanas.
El diario militar es un artefacto escalofriante de las técnicas de terror político utilizado por Mejía Víctores durante la época. Detalla el secuestro de 183 personas y utiliza lenguaje codificado para registrar la ejecución de 93 de ellos. Para poder identificar y eliminar líderes insurgentes y sus supuestos colaboradores, los militares y la policía nacional utilizaron la vigilancia, escuchas telefónicas, secuestros, interrogatorios y la tortura para extraer información de los prisioneros acerca de sus compañeros, amigos y miembros de su familia. El diario fue creado precisamente para reportar y clasificar esa información para que las fuerzas de seguridad pudieran operar contra otros posibles objetivos.
Sergio Linares fue una de sus víctimas. El 23 de febrero, en 1984, mientras salía de sus oficinas en el centro de la ciudad de Guatemala, fue capturado por dos hombres armados vestidos de civil y forzado a subir a una camioneta tipo panel de color blanca. Más tarde esa noche, un grupo de hombres fuertemente armados irrumpieron en la casa donde Linares vivía con su madre, esposa y su hija de 5 años de edad. Registraron la casa llevándose varias pertenencias y documentos y golpearon a su madre de 68 años.[1] Como resultado de la incursión y la desaparición de su marido, Sandra la esposa de Linares – quién estaba embarazada de su segundo hijo – huyó de su hogar con su hija.
Al momento de su desaparición, Linares de 33 años trabajaba para el Instituto Nacional de Fomento Municipal – INFOM – y daba clases para el departamento de ingeniería de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Se volvió un líder político en la secundaria y luego un militante cuando era estudiante universitario en los años 1970s. En el diario, es identificado como miembro líder del Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT), El partido Comunista de Guatemala.
sábado, 7 de enero de 2012
viernes, 16 de septiembre de 2011
wilileaks
"NO HAY MEJOR SORDO, QUE EL QUE NO QUIERE OIR""
La reacción de Estados Unidos a la publicación por Wikileaks de los cables diplomáticos indica que en este país es imposible oír su mensaje central: que su aparato imperial persiste en una tarea cada vez más imposible, la extensión de su poder en un mundo que se resiste frente a él.
Sin duda,esa resistencia es consecuencia del hecho de que otros pueblos experimentan el mundo desde sus respectivos puntos de vista. Sin embargo, a pesar de su educación y su experiencia, son incapaces de actuar con arreglo a ese análisis.
La reacción de Estados Unidos ignora en gran parte el contenido de los cables. Los xenófobos exigen que se erradique a los responsables de Wikileaks y los equiparan con "terroristas". Algunos han calificado su comportamiento de "traición", con lo que están pretendiendo tener mando sobre unas personas que no deben ninguna lealtad a Estados Unidos. Otros, más refinados, lamentan el daño causado al ejercicio normal de la diplomacia por unas comunicaciones que no están sometidas al escrutinio público. La ex gobernadora Palin y la secretaria de Estado Clinton, que encabezan bandos opuestos, proceden respectivamente de lo más alto y lo más bajo de nuestra cultura. Y las dos tratan de dar legitimidad, ante sus respectivos electorados, a sus aspiraciones de poder.
Mientras tanto, nuestros dos principales periódicos nos han dado una extraordinaria lección de incapacidad periodistica; Bill Keller, el director del New York Times , ha explicado que sus redactores han consultado con el Gobierno y que no van a publicar material de Wikileaks que pueda poner en peligro la "seguridad nacional". Diana Priest, en The Washington Post , ha dicho que, cuando informa sobre la CIA, siempre pide consejo a la agencia. Está claro que la traducción del término ruso partinost, en Estados Unidos es responsabilidad.
A nadie se le ha ocurrido evocar la descripción que hace Kafka del imperio chino en La muralla china. La muralla, pese a los grandes esfuerzos que se llevaron a cabo, nunca se completó. Peor aún, la dimensión del imperio hacía que fuera imposible gobernarlo. Los leales funcionarios enviados a todos los rincones cumplían las órdenes de unos emperadores que, para entonces, hacía ya tiempo que habían ido al encuentro de sus antepasados. El tiempo transcurría de distinta forma en el centro y la periferia. Los dos ámbitos, eternamente separados, estaban unidos por su adhesión irreflexiva a la rutina.
La China contemporánea obsesiona a las clases dirigentes estadounidenses. En un principio, los chinos eran unos campesinos inmigrantes que, sujetos a una explotación brutal, construyeron nuestro ferrocarril. Ahora, los chinos quieren vendernos los trenes de alta velocidad que nosotros no tenemos. ¿De verdad se han liberado de su pasado y son capaces de desafiar a Estados Unidos, que se considera a sí mismo la vanguardia del progreso humano?
Los cables muestran a los diplomáticos estadounidenses practicando, según los casos, sobornos políticos, presiones brutales, advertencias e injerencias explícitas en los asuntos de otros países. Las personas que actúan de esta forma pertenecen a los círculos más educados, experimentados y cosmopolitas de Estados Unidos. Es indudable que su conducta puede atribuirse en gran parte a las limitaciones de sus puestos. Los funcionarios no tienen la libertad intelectual de quienes participan en seminarios universitarios sobre ética política. No obstante, muchos están convencidos de que sirven a una causa superior, y no solo nacional.
El realismo cínico puede racionalizarse como necesidad moral al servicio de un propósito supremo. El día en el que se publicaron los cables, The Washington Post decía que está comenzando un nuevo debate político nacional, con ataques al presidente (y a muchas de esas personas cultivadas) por considerar que tiene un apego insuficiente a la extraordinaria bondad que encarna la nación estadounidense. Dadas nuestras divisiones internas, los diplomáticos padecen una enorme desorientación: ¿A qué sector del país sirven?
Una ruidosa minoría de ex diplomáticos, ex agentes de los servicios de inteligencia y ex altos mandos militares está en desacuerdo con las políticas que tuvieron que ejecutar. Saben que el enfrentamiento con la Unión Soviética no tuvo como consecuencia inevitable la lealtad de sucesivas generaciones de europeos a Estados Unidos. Para Brandt y De Gaulle, el enfrentamiento abrió también nuevas posibilidades de coexistencia. Estados Unidos no quiso probar esas posibilidades más que en sus propios términos y se propuso cultivar unos sectores de europeos, en la cultura, la economía y la vida pública, con los que fuera posible contar para apoyar la hegemonía norteamericana.
En los años sesenta, en Harvard, el profesor Henry Kissinger organizaba unos seminarios anuales de verano para jóvenes dirigentes de todo el mundo. De 1948 a 1968el Congreso para la Libertad Cultural subvencionó a estudiosos, pensadores y escritores extranjeros, sobre todo europeos, que apoyaban a Estados Unidos. La CIA financió todos esos proyectos de manera encubierta. Cada cual es muy libre de pensar que todo eso es cosa del pasado.
Desde luego, el dinero es un instrumento rudimentario. Con frecuencia, el atractivo gravitacional del poder es más eficaz. ¿Qué, si no, pudo empujar al ministro alemán de Defensa a visitar al embajador estadounidense en Berlín para denunciar a su colega, el ministro de Exteriores, por considerarlo demasiado poco entusiasta sobre la guerra de Afganistán?
Pero ahí reside el problema de los diplomáticos estadounidenses. No solo el poder militar de Estados Unidos es limitado (o autodestructivo). Su modelo económico está fracasando y es posible que sufra graves reducciones de su Estado de bienestar. No está claro que en una situación de grave conflicto social permanezcan intactas sus libertades civiles. La irritación y el enfado que se ven en los informes de los diplomáticos dan fe de una inmensa tensión interna. Muchos se incorporaron al Servicio Exterior por la recompensa espiritual que esperaban conseguir al trabajar en el servicio público. El hecho de que el país al que querían servir esté transformándose para empeorar es una certeza incompatible con la serenidad interior.
La modificación de la diplomacia estadounidense, por tanto, aguarda la resolución de la lucha cada vez más intensa que libra Estados Unidos consigo mismo sobre la naturaleza de su sociedad. El reexamen del imperio exige una visión diferente del reparto interior del poder y la riqueza. La política exterior de Estados Unidos va a ser, durante un tiempo indeterminado, algo que habrá que interpretar como un texto muy complejo, lleno de tantas referencias internas como externa
La reacción de Estados Unidos a la publicación por Wikileaks de los cables diplomáticos indica que en este país es imposible oír su mensaje central: que su aparato imperial persiste en una tarea cada vez más imposible, la extensión de su poder en un mundo que se resiste frente a él.
Sin duda,esa resistencia es consecuencia del hecho de que otros pueblos experimentan el mundo desde sus respectivos puntos de vista. Sin embargo, a pesar de su educación y su experiencia, son incapaces de actuar con arreglo a ese análisis.
La reacción de Estados Unidos ignora en gran parte el contenido de los cables. Los xenófobos exigen que se erradique a los responsables de Wikileaks y los equiparan con "terroristas". Algunos han calificado su comportamiento de "traición", con lo que están pretendiendo tener mando sobre unas personas que no deben ninguna lealtad a Estados Unidos. Otros, más refinados, lamentan el daño causado al ejercicio normal de la diplomacia por unas comunicaciones que no están sometidas al escrutinio público. La ex gobernadora Palin y la secretaria de Estado Clinton, que encabezan bandos opuestos, proceden respectivamente de lo más alto y lo más bajo de nuestra cultura. Y las dos tratan de dar legitimidad, ante sus respectivos electorados, a sus aspiraciones de poder.
Mientras tanto, nuestros dos principales periódicos nos han dado una extraordinaria lección de incapacidad periodistica; Bill Keller, el director del New York Times , ha explicado que sus redactores han consultado con el Gobierno y que no van a publicar material de Wikileaks que pueda poner en peligro la "seguridad nacional". Diana Priest, en The Washington Post , ha dicho que, cuando informa sobre la CIA, siempre pide consejo a la agencia. Está claro que la traducción del término ruso partinost, en Estados Unidos es responsabilidad.
A nadie se le ha ocurrido evocar la descripción que hace Kafka del imperio chino en La muralla china. La muralla, pese a los grandes esfuerzos que se llevaron a cabo, nunca se completó. Peor aún, la dimensión del imperio hacía que fuera imposible gobernarlo. Los leales funcionarios enviados a todos los rincones cumplían las órdenes de unos emperadores que, para entonces, hacía ya tiempo que habían ido al encuentro de sus antepasados. El tiempo transcurría de distinta forma en el centro y la periferia. Los dos ámbitos, eternamente separados, estaban unidos por su adhesión irreflexiva a la rutina.
La China contemporánea obsesiona a las clases dirigentes estadounidenses. En un principio, los chinos eran unos campesinos inmigrantes que, sujetos a una explotación brutal, construyeron nuestro ferrocarril. Ahora, los chinos quieren vendernos los trenes de alta velocidad que nosotros no tenemos. ¿De verdad se han liberado de su pasado y son capaces de desafiar a Estados Unidos, que se considera a sí mismo la vanguardia del progreso humano?
Los cables muestran a los diplomáticos estadounidenses practicando, según los casos, sobornos políticos, presiones brutales, advertencias e injerencias explícitas en los asuntos de otros países. Las personas que actúan de esta forma pertenecen a los círculos más educados, experimentados y cosmopolitas de Estados Unidos. Es indudable que su conducta puede atribuirse en gran parte a las limitaciones de sus puestos. Los funcionarios no tienen la libertad intelectual de quienes participan en seminarios universitarios sobre ética política. No obstante, muchos están convencidos de que sirven a una causa superior, y no solo nacional.
El realismo cínico puede racionalizarse como necesidad moral al servicio de un propósito supremo. El día en el que se publicaron los cables, The Washington Post decía que está comenzando un nuevo debate político nacional, con ataques al presidente (y a muchas de esas personas cultivadas) por considerar que tiene un apego insuficiente a la extraordinaria bondad que encarna la nación estadounidense. Dadas nuestras divisiones internas, los diplomáticos padecen una enorme desorientación: ¿A qué sector del país sirven?
Una ruidosa minoría de ex diplomáticos, ex agentes de los servicios de inteligencia y ex altos mandos militares está en desacuerdo con las políticas que tuvieron que ejecutar. Saben que el enfrentamiento con la Unión Soviética no tuvo como consecuencia inevitable la lealtad de sucesivas generaciones de europeos a Estados Unidos. Para Brandt y De Gaulle, el enfrentamiento abrió también nuevas posibilidades de coexistencia. Estados Unidos no quiso probar esas posibilidades más que en sus propios términos y se propuso cultivar unos sectores de europeos, en la cultura, la economía y la vida pública, con los que fuera posible contar para apoyar la hegemonía norteamericana.
En los años sesenta, en Harvard, el profesor Henry Kissinger organizaba unos seminarios anuales de verano para jóvenes dirigentes de todo el mundo. De 1948 a 1968el Congreso para la Libertad Cultural subvencionó a estudiosos, pensadores y escritores extranjeros, sobre todo europeos, que apoyaban a Estados Unidos. La CIA financió todos esos proyectos de manera encubierta. Cada cual es muy libre de pensar que todo eso es cosa del pasado.
Desde luego, el dinero es un instrumento rudimentario. Con frecuencia, el atractivo gravitacional del poder es más eficaz. ¿Qué, si no, pudo empujar al ministro alemán de Defensa a visitar al embajador estadounidense en Berlín para denunciar a su colega, el ministro de Exteriores, por considerarlo demasiado poco entusiasta sobre la guerra de Afganistán?
Pero ahí reside el problema de los diplomáticos estadounidenses. No solo el poder militar de Estados Unidos es limitado (o autodestructivo). Su modelo económico está fracasando y es posible que sufra graves reducciones de su Estado de bienestar. No está claro que en una situación de grave conflicto social permanezcan intactas sus libertades civiles. La irritación y el enfado que se ven en los informes de los diplomáticos dan fe de una inmensa tensión interna. Muchos se incorporaron al Servicio Exterior por la recompensa espiritual que esperaban conseguir al trabajar en el servicio público. El hecho de que el país al que querían servir esté transformándose para empeorar es una certeza incompatible con la serenidad interior.
La modificación de la diplomacia estadounidense, por tanto, aguarda la resolución de la lucha cada vez más intensa que libra Estados Unidos consigo mismo sobre la naturaleza de su sociedad. El reexamen del imperio exige una visión diferente del reparto interior del poder y la riqueza. La política exterior de Estados Unidos va a ser, durante un tiempo indeterminado, algo que habrá que interpretar como un texto muy complejo, lleno de tantas referencias internas como externa
WIKILEAKS
LOS PAPELES DE TRIPOLI
China, Reino Unido y EE UU tenían una estrecha relación con Gadafi
Hace un par de semanas el periodista Graeme Smith, del diario canadiense The Globe and Mail, encontró unos extraños papeles en Trípoli. Se topó con ellos en el lujoso barrio de Bab Akkará. "Estaban tirados en un montón en la acera, revoloteando en el aire", cuenta desde la capital. "Lo primero que me llamó la atención fueron los mapas: detallados estudios topográficos de los alrededores de Misrata con dibujos de planos de batalla y número de tropas. Cuando miré con más detenimiento, vi que el resto de los papeles incluían confesiones firmadas, informes internos y transcripciones de pinchazos telefónicos". Los recogió y se pasó cuatro días, según cuenta, traduciéndolos del árabe. Ahora están en manos del Gobierno de transición.
Pekín confirma la visita de funcionarios libios, pero niega la venta de armas
Hasta la caída de Trípoli a finales de agosto, la ciudad donde boqueaba el régimen de Muamar el Gadafi había sido un núcleo hermético. Lo fue para los periodistas occidentales que estaban confinados en un par de hoteles de los que solo tenían permitido salir en excursiones propagandísticas organizadas por la dictadura. Abandonada ahora por los últimos leales al coronel, en las oficinas y ministerios vacíos de la capital permanecen miles de documentos que, en su precipitada huida, no tuvieron tiempo de esconder o destruir. Al difundirse el contenido de algunos -habrá más revelaciones-, los secretos del régimen han resultado ser también los de China, Reino Unido y Estados Unidos.
Los documentos más recientes son informes del viaje que realizaron enviados del régimen libio a China el 15 de julio. El propósito del traslado era visitar tres empresas de armas y comprar material por 150 millones de euros. La fecha es el dato crucial, ya que si se produjo la venta, Pekín estaría incumpliendo el embargo de armas impuesto a Libia por la ONU y lo haría beneficiando al bando que combate la comunidad internacional.
"Comenzamos reuniéndonos con Norinco", dice uno de los escritos, "una compañía del norte de China que fabrica armas para las tropas de tierra del Gobierno chino. Envié una lista de las armas y balas que necesitábamos, y la empresa mostró su voluntad inicial de ofrecernos todo lo que hubiera en su almacén, listo para ser exportado. Estaba obviamente preparada para aceptar cualquier pedido para ser fabricado y preparado para entregar la cantidad solicitada al día siguiente. (...)".
La documentación incluye otros dos informes similares con otras dos compañías, los detalles del viaje y dos páginas con listas de material militar en stock y sus precios, donde había, por ejemplo, un misil anti-búnker a 22.120 euros la unidad y se especifica una cantidad de 600, que en total cuestan 13.272.000 euros.
Pekín ha confirmado esta semana las visitas de funcionarios libios a las empresas, pero niega que tuviera conocimiento de esas negociaciones y que saliera ninguna partida de armas de su país. "Ninguna compañía china se mueve en el exterior sin el consentimiento del Gobierno", explica Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). "El volumen de inversión de China en Libia es de unos 22.000 millones de euros. Tenía ya en el país a miles de trabajadores cuando empezó la revuelta. El objetivo de China es garantizar su seguridad energética, así que no tiene problema en jugar a dos bandas, esté Gadafi o los rebeldes. Parece que China es la única que se salta las reglas. Pero el embargo de armas se impuso a Libia, no solo a Gadafi, y lo han violado todos al proporcionar armas a los rebeldes, como Catar y empresas francesas y de otros países", añade.
La otra mina de secretos era el edificio de seguridad externa de Libia, las antiguas oficinas del jefe de los espías hasta 2007, Musa Kusa, que huyó a Londres a finales de marzo. El pasado fin de semana, el equipo en la capital de Human Rights Watch acudió al edificio abandonado. "Había muchísimos archivos. Mi equipo vio dos libros donde ponía 'Estados Unidos' y otro que decía 'Reino Unido' y empezaron a fotografiarlos", explica el coordinador de la ONG, Alfred Abrahams. Encontraron una carta de la CIA que comienza así: "Querido Musa". En ella se habla de estrechar lazos y acaba: "Estamos deseando trabajar contigo en el interrogatorio del terrorista que hace poco entregamos a tu país. Me gustaría enviar a Libia a dos funcionarios más y te agradecería que pudieran interrogarlo directamente".
En otra misiva, enviada por la CIA el 6 de marzo de 2004 a Trípoli, se refiere a la entrega en Bankok del líder del LIFG (siglas en inglés del Grupo de Combate Islámico Libio) Abdul Hakim Belhaj y su esposa embarazada de cuatro meses. En los papeles se le menciona con el seudónimo de Abdulá el Sadiq. La CIA incluye una prevención: "Debemos tener garantías de que El Sadiq será tratado con humanidad".
"Pese a las garantías diplomáticas que introducen, sabían perfectamente que los presos iban a ser torturados", dice Abrahams. "Lo que hay de nuevo en los papeles no es la relación de los tres servicios de espionaje, sino hasta qué punto esa relación era estrecha: la CIA enviaba preguntas, participaba en interrogatorios...". En otro documento, una carta enviada a Musa Kusa por un funcionario del MI6 da cuenta de la implicación británica al felicitarle por "la llegada a salvo de Abdulá el Sadiq".
Belhaj es ahora comandante de los rebeldes en Trípoli. Ha pasado de ser considerado terrorista, detenido y torturado en Libia, a luchar en el mismo bando con británicos y estadounidenses. Para Núñez, "después de Wikileaks, poco puede extrañar lo que muestran los papeles de las relaciones internacionales y su hipocresia
China, Reino Unido y EE UU tenían una estrecha relación con Gadafi
Hace un par de semanas el periodista Graeme Smith, del diario canadiense The Globe and Mail, encontró unos extraños papeles en Trípoli. Se topó con ellos en el lujoso barrio de Bab Akkará. "Estaban tirados en un montón en la acera, revoloteando en el aire", cuenta desde la capital. "Lo primero que me llamó la atención fueron los mapas: detallados estudios topográficos de los alrededores de Misrata con dibujos de planos de batalla y número de tropas. Cuando miré con más detenimiento, vi que el resto de los papeles incluían confesiones firmadas, informes internos y transcripciones de pinchazos telefónicos". Los recogió y se pasó cuatro días, según cuenta, traduciéndolos del árabe. Ahora están en manos del Gobierno de transición.
Pekín confirma la visita de funcionarios libios, pero niega la venta de armas
Hasta la caída de Trípoli a finales de agosto, la ciudad donde boqueaba el régimen de Muamar el Gadafi había sido un núcleo hermético. Lo fue para los periodistas occidentales que estaban confinados en un par de hoteles de los que solo tenían permitido salir en excursiones propagandísticas organizadas por la dictadura. Abandonada ahora por los últimos leales al coronel, en las oficinas y ministerios vacíos de la capital permanecen miles de documentos que, en su precipitada huida, no tuvieron tiempo de esconder o destruir. Al difundirse el contenido de algunos -habrá más revelaciones-, los secretos del régimen han resultado ser también los de China, Reino Unido y Estados Unidos.
Los documentos más recientes son informes del viaje que realizaron enviados del régimen libio a China el 15 de julio. El propósito del traslado era visitar tres empresas de armas y comprar material por 150 millones de euros. La fecha es el dato crucial, ya que si se produjo la venta, Pekín estaría incumpliendo el embargo de armas impuesto a Libia por la ONU y lo haría beneficiando al bando que combate la comunidad internacional.
"Comenzamos reuniéndonos con Norinco", dice uno de los escritos, "una compañía del norte de China que fabrica armas para las tropas de tierra del Gobierno chino. Envié una lista de las armas y balas que necesitábamos, y la empresa mostró su voluntad inicial de ofrecernos todo lo que hubiera en su almacén, listo para ser exportado. Estaba obviamente preparada para aceptar cualquier pedido para ser fabricado y preparado para entregar la cantidad solicitada al día siguiente. (...)".
La documentación incluye otros dos informes similares con otras dos compañías, los detalles del viaje y dos páginas con listas de material militar en stock y sus precios, donde había, por ejemplo, un misil anti-búnker a 22.120 euros la unidad y se especifica una cantidad de 600, que en total cuestan 13.272.000 euros.
Pekín ha confirmado esta semana las visitas de funcionarios libios a las empresas, pero niega que tuviera conocimiento de esas negociaciones y que saliera ninguna partida de armas de su país. "Ninguna compañía china se mueve en el exterior sin el consentimiento del Gobierno", explica Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). "El volumen de inversión de China en Libia es de unos 22.000 millones de euros. Tenía ya en el país a miles de trabajadores cuando empezó la revuelta. El objetivo de China es garantizar su seguridad energética, así que no tiene problema en jugar a dos bandas, esté Gadafi o los rebeldes. Parece que China es la única que se salta las reglas. Pero el embargo de armas se impuso a Libia, no solo a Gadafi, y lo han violado todos al proporcionar armas a los rebeldes, como Catar y empresas francesas y de otros países", añade.
La otra mina de secretos era el edificio de seguridad externa de Libia, las antiguas oficinas del jefe de los espías hasta 2007, Musa Kusa, que huyó a Londres a finales de marzo. El pasado fin de semana, el equipo en la capital de Human Rights Watch acudió al edificio abandonado. "Había muchísimos archivos. Mi equipo vio dos libros donde ponía 'Estados Unidos' y otro que decía 'Reino Unido' y empezaron a fotografiarlos", explica el coordinador de la ONG, Alfred Abrahams. Encontraron una carta de la CIA que comienza así: "Querido Musa". En ella se habla de estrechar lazos y acaba: "Estamos deseando trabajar contigo en el interrogatorio del terrorista que hace poco entregamos a tu país. Me gustaría enviar a Libia a dos funcionarios más y te agradecería que pudieran interrogarlo directamente".
En otra misiva, enviada por la CIA el 6 de marzo de 2004 a Trípoli, se refiere a la entrega en Bankok del líder del LIFG (siglas en inglés del Grupo de Combate Islámico Libio) Abdul Hakim Belhaj y su esposa embarazada de cuatro meses. En los papeles se le menciona con el seudónimo de Abdulá el Sadiq. La CIA incluye una prevención: "Debemos tener garantías de que El Sadiq será tratado con humanidad".
"Pese a las garantías diplomáticas que introducen, sabían perfectamente que los presos iban a ser torturados", dice Abrahams. "Lo que hay de nuevo en los papeles no es la relación de los tres servicios de espionaje, sino hasta qué punto esa relación era estrecha: la CIA enviaba preguntas, participaba en interrogatorios...". En otro documento, una carta enviada a Musa Kusa por un funcionario del MI6 da cuenta de la implicación británica al felicitarle por "la llegada a salvo de Abdulá el Sadiq".
Belhaj es ahora comandante de los rebeldes en Trípoli. Ha pasado de ser considerado terrorista, detenido y torturado en Libia, a luchar en el mismo bando con británicos y estadounidenses. Para Núñez, "después de Wikileaks, poco puede extrañar lo que muestran los papeles de las relaciones internacionales y su hipocresia
miércoles, 14 de septiembre de 2011
WIKILEAKS
ERRORES DE WIKILEAKS
Assange pone en peligro vidas con la publicación en bruto y sin editar del 'Cablegate'. El líder de WikiLeaks, su ex socio alemán y un periodista de 'The Guardian', que desveló una contraseña por error, protagonizan esta enrevesada historia
Widney Brown es una luchadora por los derechos humanos con una larga trayectoria a sus espaldas. Trabajó durante nueve años en Human Rights Watch antes de unirse a Amnistía Internacional, donde ahora es una de sus más altas ejecutivas, la directora de Política y Leyes Internacionales. Está profundamente preocupada por la publicación en bruto del Cablegate. La decisión de WikiLeaks de liberar la semana pasada todos los cables del Departamento de Estado sin proteger la identidad de determinadas personas supone que, por ejemplo, regímenes dictatoriales conozcan en estos momentos la identidad de activistas de derechos humanos que ofrecieron información sobre esos regímenes para ayudar a combatirlos. "No poner vidas en peligro es un principio fundamental", dice Brown por teléfono desde su oficina en Nueva York. "Los periodistas lo tienen claro, los investigadores de derechos humanos lo tienen claro y WikiLeaks necesita tenerlo claro".
Assange: "Nuestra obligación es maximizar el impacto beneficioso de la liberación de información"
"En última instancia, WikiLeaks tiene una responsabilidad por lo ocurrido", afirma Brown, de Amnistía Internacional
La historia de cómo el gran portal de las filtraciones llegó hasta el punto de publicar los cables en bruto es un culebrón en toda regla repleto de claroscuros y versiones contradictorias. Fuera cual fuera el motivo por el que Assange decidió publicarlos, el hecho es que decidió publicarlos. "Necesitan comprender que la libertad de información es importante", dice Brown, "pero no causar daños también".
La noticia saltaba en los últimos días de agosto: WikiLeaks empezaba a liberar los Papeles del Departamento de Estado en bruto. Las agencias informaban el 30 de agosto de la publicación de los primeros 130.000 cables. Señalaban que periodistas, activistas y académicos de todo el planeta podían ser víctimas de represalias a partir de ese momento. Entre las fuentes que quedaban al descubierto, se citaba el caso de un funcionario de Naciones Unidas en África Occidental y el de un activista de los derechos humanos en Camboya. ¿Cómo es posible que una organización que lucha por los derechos humanos hiciera semejante cosa? Es la pregunta que recorrió todos los foros. Y en la prensa han aparecido todo tipo de respuestas a esa pregunta, en un maremagno de informaciones contradictorias. Lo mejor, preguntar al que lo hizo. ¿Por qué?
Jueves 8 de septiembre, seis de la tarde. Assange descuelga el teléfono desde la mansión de Ellingham Hall, Norfolk, Reino Unido, donde pasa sus días de arresto domiciliario. Está satisfecho por el impacto que está teniendo la publicación de los cables a escala global. "Cada dos minutos hay una nueva revelación", cuenta. "Está habiendo grandes resultados gracias a liberación del material. En todos los países, la corrupción ha salido a la luz".
-Ese es el efecto positivo de la liberación. ¿Pero qué ocurre si se pierde una vida humana por revelar la identidad de un informante?
-El balance final es complejo. Durante una revolución hay agitación pero también posibilidades de salvar el destino de muchos.
Hay dos versiones radicalmente opuestas sobre lo que ha ocurrido. La de Julian Assange y la de David Leigh, jefe de periodismo de investigación de The Guardian y autor del libro WikiLeaks y Assange. No coinciden en casi nada, salvo en sembrar claroscuros sobre la actuación de Daniel Domschei-Berg, el ex socio de Assange que abandonó la organización hace un año.
Julian Assange sostiene que se ha visto obligado a publicar los cables. Confirma que desde hace tiempo, su organización ha colgado en el ciberespacio copias del material sensible en su posesión para que, en caso de ataque a la organización, la liberación de una contraseña sirviera para que cientos de miles de personas pudieran acceder a los datos. Según su versión, el jefe de investigación de The Guardian es el malo de esta película porque desveló una contraseña que daba acceso a los papeles del Cablegate en el libro que publicó el pasado mes de febrero. "Nuestro sistema habría sido seguro si The Guardian no hubiese desvelado la contraseña", explica. "David Leigh, que es el cuñado del director del periódico, lo hizo como resultado de su estupidez y malicia". Según su versión, el otro malo es el alemán Daniel Domscheit-Berg, su antiguo socio, que abandonó WikiLeaks llevándose el sistema de recepción de filtraciones de la plataforma y la información que había en ese momento en el sistema. El disidente alemán, sostiene Assange, sabía cómo llegar a la base de datos y cómo destriparla con la contraseña. Para demostrar que WikiLeaks es una plataforma poco segura, pasó información a un periodista del semanario Der Freitag. A mediados de agosto WikiLeaks detectó que esa información empezaba a circular con fuerza en Internet.
-¿Pero por qué decidió publicarlos sin editar?
-Nuestra obligación es maximizar el impacto beneficioso de la liberación de la información que se nos facilita. Las reformas estaban en peligro. La información ya estaba en la red. Las agencias de inteligencia y los gobiernos que necesitan ser reformados ya podían acceder al material. Era importante que la prensa pudiera tener la versión original. Nuestra obligación es maximizar las reformas y minimizar daños.
-¿No es más importante minimizar daños que maximizar reformas?
-Los dos son importantes.
La versión del jefe de investigación de The Guardian es bien distinta. En conversación telefónica desde la redacción del rotativo británico en Londres, zanja la cuestión de un plumazo: "Assange nos aseguró que la contraseña estaría muerta una vez nos descargáramos los papeles". Explica que Assange le dijo que los archivos serían eliminados del servidor una vez se descargara el material. "Nosotros no publicamos claves que puedan resultar peligrosas", argumenta Leigh. Relata que el editor australiano no eliminó los archivos del servidor, como se suele hacer en estos casos. Que, en un descuido imperdonable, volvió a usar la misma contraseña para encriptar los mismos archivos. "Cuando escribimos el libro pensamos que esa contraseña había quedado completamente obsoleta", dice Leigh. El periodista británico considera que Assange ha sido negligente en la protección de información delicada que le fue transferida.
Técnicos consultados por este periódico confirman que lo normal, en el manejo de unos archivos delicados que uno aloja temporalmente en un servidor para que alguien acceda a ellos mediante una clave, es eliminar rápidamente esos documentos del servidor para evitar problemas.
A David Leigh le sorprende sobremanera que Assange no mencionara el tema de la contraseña el pasado 4 de agosto, cuando se reunió con el director de The Guardian, Alan Rusbridger, para recomponer relaciones. Que no dijera nada en los siete meses que han transcurrido desde la publicación del libro y que ahora cargue contra el rotativo británico de manera tan feroz.
Según el veterano periodista británico, todo este embrollo tiene su origen este verano, a mediados de agosto, cuando Daniel Domscheit-Berg es expulsado del foro Chaos Computer Club, conocida organización de hackers. Algunos miembros de esta comunidad acusaban al alemán de no devolver el material que se llevó de WikiLeaks cuando abandonó la organización hace un año. "Entonces, Domscheit-Berg decide vengarse", explica Leigh. Como sabe cómo se puede acceder a los cables y quiere demostrar que WikiLeaks es una organización que no maneja bien las filtraciones, da algunas claves a un periodista del semanario alemán Der Freitag para que pueda comprobar que lo que dice es cierto.
Según Leigh, al menos otros dos exvoluntarios de WikiLeaks, Smári McCarthy y Herbert Snorrason, sabían desde hace tiempo donde estaban alojados los archivos y la clave para desencriptarlos. "Cuando Julian se entera de lo de Der Freitag, entra en pánico", relata Leigh. A partir de ese momento, disemina pistas por la Red para que la gente pueda relacionar los archivos encriptados y la clave, para así provocar el verse obligado a publicar los cables sin editar.
James Ball, ex miembro de WikiLeaks que ahora trabaja en The Guardian, sostiene que Assange tenía el plan de publicar los cables sin editar desde el principio. Assange lo niega. "Nunca he defendido la transparencia total", dice airado por teléfono el australiano. "Eso es mentira", replica Leigh. Y recuerda que en los primeros días de la relación con The Guardian, Assange defendía la publicación de los cables sin editar. "Es un mentiroso psicopatológico", dice Leigh. "Nos ha mentido ya tantas veces sobre tantas cosas..."
Desde Berlín, Daniel Domscheit-Berg se defiende vía correo electrónico. Niega que su manera de proceder obedeciera a un deseo de venganza. Coincide con Leigh en que probablemente fue Assange el que diseminó pistas por la Red. "Sí, esa es mi impresión", nos cuenta. "El periodista de Der Freitag no dio suficiente información para que alguien encontrara el archivo. Y yo no he dicho a ningún otro reportero donde estaba el archivo". Domscheit-Berg insiste en que pasó información al periodista alemán para que pudiera comprobar que WikiLeaks no es un sitio seguro. "Durante meses he sido criticado y me han llamado mentiroso por decir que estaba gravemente preocupado con la seguridad de WikiLeaks y su capacidad para controlar los datos". Ese es el motivo, dice, por el cual aún no ha devuelto parte de la información que se llevó.
Son varias las voces que acusan a la plataforma de Assange de no haber conseguido manejar bien la situación, de no haber sabido cumplir con una de sus prioridades: la protección de las fuentes. Bradley Manning, el soldado americano que, presuntamente, pasó los documentos a la plataforma de Assange, sigue en la cárcel. Y los nombres de informantes y fuentes a lo largo y ancho del planeta han acabado siendo desvelados.
"En última instancia, WikiLeaks tiene una responsabilidad por lo que ha ocurrido", dice Widney Brown, de Amnistía Internacional. "Nosotros creemos en la libertad de información pero también creemos que se debe divulgar información de manera responsable". Brown recuerda que ya se produjeron desencuentros entre miembros de Amnistía Internacional y de WikiLeaks cuando se publicaron los Papeles de Afganistán. "No querían tomarse el tiempo de editar los cables. Ahora los temores que teníamos desde un principio se han confirmado. No se han tomado el tiempo de editarlos y han puesto en riesgo la vida de personas con esta publicación".
Assange dice que ha aprendido algunas cosas de este último lanzamiento. Que los medios tradicionales son importantes como gran amplificador, pero que luego es vital que la información llegue a la gente. Eso es lo que sostiene.
-¿Considera necesaria la edición de los cables?
-Al principio, en diciembre, cuando no todo el mundo estaba avisado, la edición era necesaria. Ahora que el Departamento de Estado norteamericano tiene un programa de notificación a los informantes, no tenemos claro que la edición sea ya necesaria, pero preferiríamos hacer lo que podamos.
WIKILEAKS
LA POLICIA TURCA ARRESTA 32 PERSONAS VINCULADAS A ANONYMOUS
La policía turca ha anunciado la detención de 32 supuestos miembros de Anonymous en aquel país. Las detenciones se han producido en 12 ciudades y quieren ser una respuesta a los ataques a distintos webs oficiales lanzados por el grupo tras el anuncio de que Turquía instalará filtros en Internet.
Comunicado español
Por otra parte, en un comunicado, Anonymous asegura que la Policía Nacional ha dicho mentiras. Tras considerar que se ha utilizado la detención de tres miembros como una "cortina de humo para desviar la atención de los desalojos de las plazas de las ciudades" con violencia deproporcionada afirma que se usado este episodio para maquillar "una realidad social deplorable de un gobierno ineficaz". Anonymous desmiente que la policía haya desarticulado la cúpula del grupo en España, porque carece de cúpula,y niega que se haya requisado un servidor, "era un pequeño servidor de IRC anexado a los nuestros". "La prensa, los abogados, los profesionales de las tecnologías de la información, los ciudadanos, todos, se han mofado de tales declaraciones dejando en evidencia la ineptitud de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado", También rechaza cualquier relación con grupos terrorista y manifiesta su oposición al empleo de la violencia. El comunicado proclama su defensa de la libertad de expresión ("no atacaremos ningún medio de comunicación") y llama a los ciudadanos a comprometerse, cada cual con su propio nivel de compromiso, en este combate pacífico.
Europa quiere aumentar las penas
Los países de la UE acordaron este viernes endurecer las penas contra aquellos que lleven a cabo ciberataques como los registrados en las últimas semanas contra el Gobierno francés, instituciones europeas y Citigroup. Según Europa Press, la nueva normativa, que tiene que ser aceptada por el Parlamento Europeo, establece que los piratas afronten sentencias de al menos cinco años si se les declarara culpables de causar daños graves a sistemas informáticos.
También habrá penas más severas para los autores de ataques mediante 'botnets' (redes de computadoras infectadas programadas para usar remotamente) y de robos de identidad. Interceptar datos ilegalmente se convertirá en un delito en la UE.
Los 27 estados miembros de la UE también acordaron aumentar la cooperación policial y judicial creando una unidad de cibercrimen que podría unirse a Europol, la agencia policial europea. "Estaremos preparados para tomar medidas en el futuro basándose en el apoyo total de los estados miembros", dijo a periodistas Tíbor Navracsics, ministro de Justicia y Administración Pública húngaro, tras un encuentro con sus homólogos en Luxemburgo.
La policía turca ha anunciado la detención de 32 supuestos miembros de Anonymous en aquel país. Las detenciones se han producido en 12 ciudades y quieren ser una respuesta a los ataques a distintos webs oficiales lanzados por el grupo tras el anuncio de que Turquía instalará filtros en Internet.
Comunicado español
Por otra parte, en un comunicado, Anonymous asegura que la Policía Nacional ha dicho mentiras. Tras considerar que se ha utilizado la detención de tres miembros como una "cortina de humo para desviar la atención de los desalojos de las plazas de las ciudades" con violencia deproporcionada afirma que se usado este episodio para maquillar "una realidad social deplorable de un gobierno ineficaz". Anonymous desmiente que la policía haya desarticulado la cúpula del grupo en España, porque carece de cúpula,y niega que se haya requisado un servidor, "era un pequeño servidor de IRC anexado a los nuestros". "La prensa, los abogados, los profesionales de las tecnologías de la información, los ciudadanos, todos, se han mofado de tales declaraciones dejando en evidencia la ineptitud de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado", También rechaza cualquier relación con grupos terrorista y manifiesta su oposición al empleo de la violencia. El comunicado proclama su defensa de la libertad de expresión ("no atacaremos ningún medio de comunicación") y llama a los ciudadanos a comprometerse, cada cual con su propio nivel de compromiso, en este combate pacífico.
Europa quiere aumentar las penas
Los países de la UE acordaron este viernes endurecer las penas contra aquellos que lleven a cabo ciberataques como los registrados en las últimas semanas contra el Gobierno francés, instituciones europeas y Citigroup. Según Europa Press, la nueva normativa, que tiene que ser aceptada por el Parlamento Europeo, establece que los piratas afronten sentencias de al menos cinco años si se les declarara culpables de causar daños graves a sistemas informáticos.
También habrá penas más severas para los autores de ataques mediante 'botnets' (redes de computadoras infectadas programadas para usar remotamente) y de robos de identidad. Interceptar datos ilegalmente se convertirá en un delito en la UE.
Los 27 estados miembros de la UE también acordaron aumentar la cooperación policial y judicial creando una unidad de cibercrimen que podría unirse a Europol, la agencia policial europea. "Estaremos preparados para tomar medidas en el futuro basándose en el apoyo total de los estados miembros", dijo a periodistas Tíbor Navracsics, ministro de Justicia y Administración Pública húngaro, tras un encuentro con sus homólogos en Luxemburgo.
WIKILEAKS
EL SENADO DE EE UU CONFIRMA QUE SU SISTEMA HA SIDO ATACADO POR PIRATAS INFORMATICOS
El grupo Lulzsec se hace responsable del ataque y cuelga en Internet algunos archivos como prueba
El Senado de Estados Unidos ha confirmado que su página web fue atacada por piratas informáticos durante el pasado fin de semana y ha ordenado una revisión de todo el sistema informático. "Aunque la intrusión es un inconveniente, no ha comprometido la seguridad de la red del Senado ni de ninguno de sus miembros", ha asegurado, en un comunicado, la responsable adjunta de la seguridad de la Cámara, Martina Bradford
La cofirmación del Senado se ha producido después de que un grupo de hackers llamado Lulzsec dijeran que habían entrado en la red del Senado. El grupo, que en otras ocasiones atacó la página de Sony y el portal del Sistema de Radiodifusión Pública norteamericana en protesta por un documental que emitió sobre Wikileaks, colgó en Internet una lista con archivos que hacían indicar que habían entrado en la red del Senado.
"No nos gusta mucho el gobierno de Estados Unidos", asegura Lulzsec al inicio de los archivos publicados, para luego asegurar que dicha información es solo una parte de los archivos procedentes de la web. Finalmente pregunta si esa acción es considerada un acto de guerra, en referencia a la propuesta del Gobierno de EE UU de considerar como tales los ataques cibernéticos y su planteamiento de responder a ellos con armas convencionales.
"Ellos han demostrado con certeza que han conseguido entrar y que han encontrado el servidor de archivos", ha explicado Stewart Baker, un antiguo responsable de seguridad cibernética del Departamento de Seguridad Nacional.
"No queda claro por los nombres de los documentos si contienen información sensible. Los hackers podrían haber conseguido el equivalente a un robo en el Senado y se habrían jactado de ello porque consiguieron robar un conjunto de souvenirs de la tienda de regalos", ha indicado Baker, que ahora trabaja para la compañía Steptoe and Johnson LLP.
John Bumgarner, miembro de la Unidad de Consecuencias Cibernéticas, ha asegurado que el ataque de los hackers habrá avergonzado al servicio de seguridad de la Cámara Alta norteamericana. "Todas son directorios válidos", ha afirmado, tras leer los datos difundidos en la red por Lulzsec. "Es muy embarazoso que estoy haya ocurrido porque es una página del Gobierno que pertenece al Senado y (su seguridad) se ha visto comprometida", ha añadido.
Este grupo de hackers también se ha hecho famoso por acceder a la página web oficial de la cadena de televisión Fox y publicar los datos de los participantes de la próxima edición del programa X Factor.
El grupo Lulzsec se hace responsable del ataque y cuelga en Internet algunos archivos como prueba
El Senado de Estados Unidos ha confirmado que su página web fue atacada por piratas informáticos durante el pasado fin de semana y ha ordenado una revisión de todo el sistema informático. "Aunque la intrusión es un inconveniente, no ha comprometido la seguridad de la red del Senado ni de ninguno de sus miembros", ha asegurado, en un comunicado, la responsable adjunta de la seguridad de la Cámara, Martina Bradford
La cofirmación del Senado se ha producido después de que un grupo de hackers llamado Lulzsec dijeran que habían entrado en la red del Senado. El grupo, que en otras ocasiones atacó la página de Sony y el portal del Sistema de Radiodifusión Pública norteamericana en protesta por un documental que emitió sobre Wikileaks, colgó en Internet una lista con archivos que hacían indicar que habían entrado en la red del Senado.
"No nos gusta mucho el gobierno de Estados Unidos", asegura Lulzsec al inicio de los archivos publicados, para luego asegurar que dicha información es solo una parte de los archivos procedentes de la web. Finalmente pregunta si esa acción es considerada un acto de guerra, en referencia a la propuesta del Gobierno de EE UU de considerar como tales los ataques cibernéticos y su planteamiento de responder a ellos con armas convencionales.
"Ellos han demostrado con certeza que han conseguido entrar y que han encontrado el servidor de archivos", ha explicado Stewart Baker, un antiguo responsable de seguridad cibernética del Departamento de Seguridad Nacional.
"No queda claro por los nombres de los documentos si contienen información sensible. Los hackers podrían haber conseguido el equivalente a un robo en el Senado y se habrían jactado de ello porque consiguieron robar un conjunto de souvenirs de la tienda de regalos", ha indicado Baker, que ahora trabaja para la compañía Steptoe and Johnson LLP.
John Bumgarner, miembro de la Unidad de Consecuencias Cibernéticas, ha asegurado que el ataque de los hackers habrá avergonzado al servicio de seguridad de la Cámara Alta norteamericana. "Todas son directorios válidos", ha afirmado, tras leer los datos difundidos en la red por Lulzsec. "Es muy embarazoso que estoy haya ocurrido porque es una página del Gobierno que pertenece al Senado y (su seguridad) se ha visto comprometida", ha añadido.
Este grupo de hackers también se ha hecho famoso por acceder a la página web oficial de la cadena de televisión Fox y publicar los datos de los participantes de la próxima edición del programa X Factor.
WIKILEAKS
EL GRUPO DE "HACKERS" LULZCEC MULTIPLICA SUS ATAQUES
Además de Sony y PBS, Nintendo y una organización de seguridad han padecido sus asaltos
El grupo de hackers Lulzsec, que ha protagonizado el último ataque a Sony con el robo de un millón de datos de internautas afiliados a sonypictures.com, no cesa en su actividad. Ahora ha trascendido un ataque a Nintendo y a un grupo dedicado a la seguridad, InfraGard, que colabora con el FBI.
Cerca de 180 contraseñas de miembros de la organización en Atlanta han sido robados. Copias de estos datos en el que supuestamente figuran miembros de organizaciones de ciberseguridad vinculados al Ejército de EE UU y ejecutivos de compañías de comunicación, han sido publicados por Lulzsec. InfraGard desconoce cuando ocurrió el ataque y qué método se empleó. Lulzsec accedió a InfraGard tras conseguir datos personales del patrón de Unveillance, una empresa dedicada a combatir filtraciones cibernéticas. Según Lulzsec se trata de una respuesta a los planes de la administración de EE UU de considerar los ataques informáticos como actos de guerra lo que justificaría una respuesta militar.
El hecho es todavía un tanto confuso y hay un cruce de acusaciones entre Karim Hijazi, patrón de Unveillance, entidad que colabora con InfraGard, y Lulzsec. Según Hizaji, el grupo lo sometió a extorsión pidiéndole información sobre botnets (redes que controlan remotamente ordenadores asaltados) y dinero. Hijazi, según su versión, detectó el ataque al comprobar el día 25 que correos suyos que estaban marcados como no leídos figuraban cono leídos. Lulzsec rechaza que sometiera a extorsión a Hijazi quien identificó a los asaltantes tras hacerse pública la intrusión a InfraGard. La contraseña de Hijazi la empleaba también para acreditarse en esta organización y en su Gmail. Según Lulzsec, fue Hizaji quien ofreció dinero al grupo para destruir a sus enemigos y les propuso dar información sobre botnets.
Al margen de este episodio, el nombre de Lulzsec también está asociado a un asalto semanas atrás a Nintendo en el que no se obtuvieron datos personales. Lulzsec ha publicado datos de configuración de sus servidores, pero no información personal. Según el grupo, les gusta la Nintendo 64 y no quieren dañar a la compañía. La publicación de este fallo de seguridad respondería a la intención de dar un aviso a Nintendo sobre sus vulnerabilidades para que las corrija.
Lulzsec es el autor de un asalto a Sony que permitió el robo de un millón de datos personales, parcialmente publicados, y a la televisión pública de EE UU, PBS,en respuesta a un documental sobre Wikileaks que no fue de su agrado. En esta ocasión colocaron en la web de la emisora una falsa noticia.
Además de Sony y PBS, Nintendo y una organización de seguridad han padecido sus asaltos
El grupo de hackers Lulzsec, que ha protagonizado el último ataque a Sony con el robo de un millón de datos de internautas afiliados a sonypictures.com, no cesa en su actividad. Ahora ha trascendido un ataque a Nintendo y a un grupo dedicado a la seguridad, InfraGard, que colabora con el FBI.
Cerca de 180 contraseñas de miembros de la organización en Atlanta han sido robados. Copias de estos datos en el que supuestamente figuran miembros de organizaciones de ciberseguridad vinculados al Ejército de EE UU y ejecutivos de compañías de comunicación, han sido publicados por Lulzsec. InfraGard desconoce cuando ocurrió el ataque y qué método se empleó. Lulzsec accedió a InfraGard tras conseguir datos personales del patrón de Unveillance, una empresa dedicada a combatir filtraciones cibernéticas. Según Lulzsec se trata de una respuesta a los planes de la administración de EE UU de considerar los ataques informáticos como actos de guerra lo que justificaría una respuesta militar.
El hecho es todavía un tanto confuso y hay un cruce de acusaciones entre Karim Hijazi, patrón de Unveillance, entidad que colabora con InfraGard, y Lulzsec. Según Hizaji, el grupo lo sometió a extorsión pidiéndole información sobre botnets (redes que controlan remotamente ordenadores asaltados) y dinero. Hijazi, según su versión, detectó el ataque al comprobar el día 25 que correos suyos que estaban marcados como no leídos figuraban cono leídos. Lulzsec rechaza que sometiera a extorsión a Hijazi quien identificó a los asaltantes tras hacerse pública la intrusión a InfraGard. La contraseña de Hijazi la empleaba también para acreditarse en esta organización y en su Gmail. Según Lulzsec, fue Hizaji quien ofreció dinero al grupo para destruir a sus enemigos y les propuso dar información sobre botnets.
Al margen de este episodio, el nombre de Lulzsec también está asociado a un asalto semanas atrás a Nintendo en el que no se obtuvieron datos personales. Lulzsec ha publicado datos de configuración de sus servidores, pero no información personal. Según el grupo, les gusta la Nintendo 64 y no quieren dañar a la compañía. La publicación de este fallo de seguridad respondería a la intención de dar un aviso a Nintendo sobre sus vulnerabilidades para que las corrija.
Lulzsec es el autor de un asalto a Sony que permitió el robo de un millón de datos personales, parcialmente publicados, y a la televisión pública de EE UU, PBS,en respuesta a un documental sobre Wikileaks que no fue de su agrado. En esta ocasión colocaron en la web de la emisora una falsa noticia.
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